El trabajo y el ejercicio promueven la salud

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Algunos consideran que las riquezas y la ociosidad son auténticas bendiciones. Pero cuando algunas personas adquieren una fortuna, o la heredan inesperadamente, sus hábitos activos se interrumpen, su tiempo no se gasta, viven ociosos y su utilidad parece llegar a su fin; se vuelven inquietos, ansiosos e infelices, y sus vidas terminan pronto.

Aquellos que siempre están ocupados y felizmente realizan sus tareas diarias son los más felices y vigorosos. El descanso y la tranquilidad de la noche aportan a tu cansado cuerpo un descanso ininterrumpido.

El ejercicio ayudará con el trabajo de la digestión. Caminar al aire libre después de una comida, mantener la cabeza erguida, colocar los hombros hacia atrás y hacer ejercicio moderadamente será de gran beneficio. La mente pasará del yo a las bellezas de la naturaleza. Cuanto menos atención se preste al estómago después de una comida, mejor. Si tiene miedo constante de que la comida le haga daño, ciertamente lo hará. Olvídate de ti mismo y piensa en algo alegre.

No se debe privar a los pulmones de aire limpio y fresco. Si alguna vez se necesita aire, es cuando alguna parte del cuerpo, como los pulmones o el estómago, está enferma. El ejercicio sensato sacará la sangre a la superficie y aliviará así los órganos internos. El ejercicio vigoroso, aunque no violento, al aire libre, con espíritu alegre, estimulará la circulación, dando a la piel un rubor saludable y enviando la sangre, vitalizada por el aire fresco, a las extremidades.

El estómago enfermo encontrará alivio a través del ejercicio. Los médicos suelen aconsejar a los enfermos que visiten países extranjeros, vayan a balnearios o viajen a través del océano para recuperar la salud; cuando en nueve de cada diez casos recuperarían la salud y ahorrarían tiempo y dinero si se alimentaran con moderación y realizaran ejercicios saludables con un espíritu alegre. El ejercicio y el uso libre y abundante del aire y la luz del sol, bendiciones que el cielo nos ha dado gratuitamente a todos, darán vida y fortaleza a los enfermos. (Jesús – Mi modelo, E.G.W, p. 198).